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Una carta a los Reyes Magos responsable y solidaria

escuelainfantil.netMiércoles, 30 de diciembre de 2020
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Si le preguntas a tu clase qué es lo mejor de la Navidad, ¿cuántos niños contestarán «los regalos»? Y es que una fiesta tan esperada por toda la familia, es especialmente anhelada por los más pequeños, quienes viven con ilusión el momento en que sus padres les dan la carta a los Reyes Magos y, por fin, pueden pedir todo lo que han estado viendo en los anuncios de la tele, en los catálogos de juguetes o a sus amigos, incluso aquello que no les trajeron el año pasado y aún ansían. Es el momento de pedir, pedir y pedir sus ansiados regalos. Sin embargo, esta sincera e inocente ilusión puede desembocar en actitudes desmedidas y consumistas a las que también debemos poner freno.

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En este sentido, Lorena Sanz, psicóloga del seguro digital de Sanitas,  BluaU, recomienda a los padres “aprovechar esta tradición para transmitir valores positivos a los hijos y proponerles regalos que incentiven la solidaridad o la sostenibilidad, entre otros. Para ello, es necesario inculcar estos conceptos con anterioridad para que, en el momento de redactar la carta a los Reyes Magos, ya conozcan unas pautas que les ayuden a reflexionar y pedir de manera equilibrada».

Los niños son conscientes del momento que vivimos

La pandemia no ha pasado desapercibida para los niños, quienes, por muy pequeños que sean, han percibido parte de la gravedad de la situación sanitaria, lo que podría facilitar que la carta a sus Majestades tuviese un tono más solidario o busque ayudar, con sus deseos, a otros niños o personas que lo están pasando mal. Por ello, antes de empezar a escribir la carta, sería bueno inducir al niño a una reflexión en la que se sitúe dentro de la realidad en la que vive y haga un balance de todo lo que ya tiene, de su entorno, para pasar después a una autoevaluación de su comportamiento.

Me he portado bien…

Es el momento de hacer balance de las cosas que han hecho bien y no tan bien durante todo el año y, en base a las conclusiones a las que llegue el niño, se le preguntará cuántos regalos cree que se merece y se establecerá una conversación sobre sus buenos y malos comportamientos y actitudes, y lo que piensa hacer a partir de ahora en adelante. “Este acto de reflexión supone un ejercicio muy importante. No hay que subestimar a los niños y debemos fomentar que ellos mismos lleguen a ciertas conclusiones, lo que además les ayudará a afrontar sus actuaciones en un futuro, y con la lista de los Reyes se puede hacer”, insiste la psicóloga. Este ejercicio es necesario para que los pequeños se hagan responsables de sí mismos, hagan autocrítica y también aprendan a valorar más el esfuerzo que supone conseguir lo que desean.

Un poco de orientación no viene mal

Una vez que los niños comiencen a redactar, lo ideal es orientarles para que su lista no contenga solamente regalos materiales, sino también experiencias donde puedan entrar componentes positivos como una planta, que se debe cuidar; una bicicleta, con la que hacer deporte, o un regalo para todos los hermanos, que fomenta actitudes positivas como compartir, colaborar y cooperar.

Además hay que reflexionar sobre la vida útil de los regalos, ya que, en la reflexión previa a la carta ya habremos mencionado que hay que ser conscientes de lo que cada juguete contamina y, en nuestro afán por cuidar el entorno, debemos elegit aquellos con una larga vida útil y que, en la medida de lo posible, estén fabricados con materiales resistentes, sostenibles y fáciles de reciclar.

Una mascota no es un juguete

En el caso de que el regalo sea una mascota, se debe de tener muy en cuenta que, pese a que la convivencia con un animal puede fomentar la responsabilidad y el respeto hacia los demás, no se trata de un juguete. Antes de tomar esta decisión los padres deben valorar si los hijos tienen la capacidad de comprender y cumplir la responsabilidad que supondrá su cuidado, más allá de lo que digan sus palabras. Además, será indispensable establecer normas muy claras acerca de su cuidado, el respeto y el compromiso hacia el animal.

“El desarrollo de los valores de los niños está supeditado al modelo que observan en su entorno y lo que transmiten los padres. Todo acto cotidiano es adecuado para reforzar valores positivos que luego se conservarán en el resto de la vida de la persona”, afirma la psicóloga Lorena Sanz, de BluaU, seguro digital de Sanitas.

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